La Asenapina es un antipsicótico atípico que actúa sobre los receptores dopaminérgicos, serotoninérgicos, alfa adrenérgicos e histaminérgicos.
Introducción y objetivos
El tratamiento de los pacientes esquizofrénicos consiste en la administración de antipsicóticos. Estas drogas generalmente son eficaces para tratar los episodios agudos de la enfermedad. Durante la etapa de mantenimiento resultan eficaces en presencia de síntomas positivos, en tanto que su efecto sobre los síntomas negativos es variable.
Si bien los antipsicóticos atípicos presentan ventajas en comparación con los agentes típicos en términos de tolerabilidad, la incidencia de interrupción del tratamiento es elevada. Esto se asocia con respuesta terapéutica inadecuada, con la presencia de comorbilidades y con la gravedad sintomática.
La asenapina es un antipsicótico utilizado para el tratamiento agudo de los pacientes esquizofrénicos y con trastorno bipolar tipo I. Su mecanismo de acción incluye el antagonismo de los receptores dopaminérgicos, serotoninérgicos, alfa adrenérgicos e histaminérgicos. La droga se encuentra disponible en una formulación sublingual de absorción rápida que permite alcanzar el máximo nivel plasmático luego de una hora de administración.
El presente estudio de fase III, multicéntrico y global incluyó el empleo de dos dosis fijas de asenapina y se llevó a cabo con el fin de evaluar la eficacia, la tolerabilidad y la seguridad de la droga para el tratamiento de los pacientes con esquizofrenia.
Pacientes y métodos
El estudio fue aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo y haloperidol. Participaron pacientes adultos esquizofrénicos que presentaban exacerbación aguda de acuerdo con los criterios incluidos en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV). Sólo se incluyeron pacientes con un puntaje total mayor o igual a 60 en la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS) y mayor o igual a 4 en al menos 2 ítems correspondientes a los síntomas positivos. El puntaje de la escala Clinical Global Impression-Severity of Illness (CGI-S) debía ser 4 o mayor, que indica una enfermedad de gravedad moderada.
Luego de un período de detección sistemática de 3 días se inició el tratamiento activo que tuvo una duración de 6 semanas. Los pacientes fueron distribuidos en forma aleatoria para recibir 5 mg o 10 mg de asenapina dos veces al día, placebo o 4 mg de haloperidol dos veces al día. Las primeras 2 semanas de tratamiento tuvieron lugar durante la internación de los pacientes.
En cada consulta se recabó información sobre los eventos adversos del tratamiento. También se evaluaron los signos vitales, el peso y otros parámetros clínicos y de laboratorio. La gravedad de los síntomas extrapiramidales fue evaluada mediante la Simpson-Angus Scale (SAS), la Barnes Akathisia Rating Scale (BARS) y la Abnormal Involuntary Movement Scale (AIMS).
Resultados
Un total de 458 pacientes fue distribuido en forma aleatoria para recibir 5 mg o 10 mg de asenapina, placebo o haloperidol.
- El 61% de esta población completó el estudio.
- La interrupción del tratamiento tuvo lugar en el 37.6% y
- 33.3% de los pacientes tratados con dosis de 5 mg y 10 mg de asenapina, respectivamente, en el 42% de los que recibieron haloperidol y en el 43.4% de los asignados a placebo.
- Los grupos fueron similares en términos de características clínicas y demográficas.
- La mayoría de los pacientes fueron hombres y caucásicos.
- La media de edad fue de 37 a 40 años y el índice de masa corporal promedio, de 26 a 26.7 kg/m2.
- La media de edad de inicio de la esquizofrenia fue de 26 años. La mayoría de los pacientes presentaba esquizofrenia paranoide y era tabaquista. El 61%, 71%, 78% y 82% de los pacientes tratados con dosis de 5 mg y 10 mg de asenapina, placebo o haloperidol recibían medicaciones en forma concomitante, tales como lorazepam, zolpidem, paracetamol, trihexifenidilo, benzatropina e ibuprofeno.
El análisis del cambio del puntaje de la PANSS indicó la superioridad significativa del tratamiento con dosis de 5 mg de asenapina o haloperidol en comparación con el placebo desde el día 21 de estudio. Dicha superioridad también tuvo lugar al analizar el resultado de la subescala de síntomas positivos de la PANSS.
En cambio, la administración de dosis de 10 mg/día de la droga sólo resultó ventajosa desde el día 42 de estudio. Ninguno de los tratamientos superó el placebo al analizar la mejora de los síntomas negativos, con excepción de la administración de dosis de 5 mg de asenapina, que fue beneficiosa los días 35 y 42 de estudio ante el análisis de modelos mixtos de parámetros repetidos.
La respuesta al tratamiento tuvo lugar en una cantidad significativamente superior de pacientes tratados con dosis de asenapina de 5 mg y 10 mg en comparación con lo observado entre los pacientes que recibieron placebo desde los días 21 y 42 de tratamiento, respectivamente.
El haloperidol no fue significativamente superior en comparación con el placebo en términos de respuesta al tratamiento al evaluar los resultados obtenidos el día 42 o al final del estudio. En cuanto a la respuesta al tratamiento con dosis de 10 mg de asenapina, no se observaron diferencias significativas en comparación con el placebo al considerar el resultado de la escala CGI-I. El análisis del cambio del puntaje de la escala CGI-S indicó la superioridad significativa del tratamiento con asenapina en dosis de 5 mg y haloperidol en comparación con el placebo. En cambio, la administración de asenapina en dosis de 10 mg no difirió significativamente en comparación con la utilización de placebo. El puntaje de la CDSS indicó una mejoría significativa al emplear 5 mg de asenapina, en tanto que el resto de los tratamientos no fueron significativamente superiores en comparación con el placebo.
Los tratamientos activos se asociaron con una incidencia de al menos un 5% o mayor al doble encontrado ante la administración del placebo de eventos adversos como acatisia, parkinsonismo, hipoestesia bucal, distonía, somnolencia, vómitos y rigidez muscular. El 15%, 18%, 10% y 34% de los pacientes tratados con dosis de 5 mg y 10 mg de asenapina, placebo y haloperidol presentaron síntomas extrapiramidales, respectivamente, en general, leves o moderados.
No se hallaron diferencias significativas entre el tratamiento activo y el placebo en cuanto al cambio promedio del perfil lipídico y glucídico, entre otros parámetros de laboratorio. El nivel de prolactina disminuyó ante la administración de placebo y asenapina y aumentó entre los pacientes que recibieron haloperidol. Los niveles alterados de la hormona tuvieron lugar en el 4%, 5%, 2% y 10% de los pacientes tratados con dosis de 5 mg y 10 mg de asenapina, placebo y haloperidol, respectivamente.
Discusión
Los resultados obtenidos permitieron indicar la eficacia de la administración de dosis de 5 mg de asenapina en pacientes esquizofrénicos que cursan un episodio agudo de la enfermedad. El empleo de dosis de asenapina de 10 mg se asoció con resultados diferentes de origen poco claro. Si bien la dosis de 10 mg de asenapina se asoció con más eventos adversos, no pudo apreciarse una relación de tipo dosis-respuesta.
Se destaca que la asenapina brindó beneficios al evaluar la ansiedad/depresión, lo cual es importante, ya que dichos síntomas son frecuentes en pacientes esquizofrénicos. Más aún, la depresión constituye un factor de riesgo de suicidio en la población esquizofrénica. En general, la asenapina no difirió significativamente frente al haloperidol al analizar la eficacia del tratamiento.
Este hallazgo coincide con lo informado en otros estudios. Es necesario contar con investigaciones adicionales que permitan evaluar con mayor precisión los efectos de la asenapina en presencia de esquizofrenia y depresión y comparar la eficacia de la asenapina frente al haloperidol.
La asenapina resultó bien tolerada y segura. La incidencia de eventos adversos graves o asociados con la interrupción del tratamiento no difirió significativamente entre la administración de asenapina, haloperidol y placebo.
Conclusión
El tratamiento con dosis fijas de 5 mg de asenapina resulta eficaz en pacientes esquizofrénicos que presentan episodios agudos de la enfermedad.
La droga fue bien tolerada y tuvo un efecto clínico de magnitud similar en comparación con el observado ante la administración de haloperidol. No obstante, ambos agentes difirieron en cuanto a la tolerabilidad del tratamiento.
FUENTE: Artículo redactado por SIIC –Sociedad Iberoamericana de Información Científica | Dres. Kane JM, Cohen M, Panagides J y colaboradores
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