¿Diván
o colchoneta? | Escribe Flavia Lago, Columnista OK!
Directora del Centro de Yoga: Preparados, Listos, Yoga!
Hay una frase que
decimos muchos profesores de yoga y es "lo que sucede en la colchoneta es lo que sucede fuera de ella". La
manera en que hacemos cualquier cosa es la manera en que hacemos todo: es por
eso que la práctica de yoga es considerada una terapia. En la manera que hacés las
posturas podés ver en el acto las tendencias de tu mente: si te aburrís y te
movés todo el tiempo, si te criticás y abandonás rápidamente, si te excedés y
te lesionás, o si te lo tomás en broma y evitás la experiencia. Y también podrás
comprobar EN LOS HECHOS que probablemente no seas tan rígido, poco flexible o descoordinado
como pensabas.
Sin
pretender excluir a la psicología o psiquiatría, los especialistas de la salud
han comenzado a aconsejar la práctica de yoga a pacientes que padecen de
ansiedad, ataques de pánico y estrés. Ya Patañjali decía: "la salud es la primera libertad". Si sufrís de ansiedad,
ataques de pánico y otros desórdenes emocionales es crucial tomar el toro por
las astas. Una acumulación de hábitos perjudiciales tendrá su efecto a largo
plazo posiblemente resultando en la pérdida de la salud. Es por eso que el yoga
cuenta con innumerables herramientas para ejercer este control saludable en
nosotros.
Hay un
aspecto de la práctica del Yoga que me fascina y siempre trato de escribir
artículos que representen de una manera práctica esta ciencia tan apasionante
para mí.
Los seres
humanos estamos formados por 3 componentes esenciales: la consabida frase
“cuerpo, mente y alma”. Pero ¿qué significa realmente este trío? A cada uno de
ellos se corresponden 3 necesidades que es preciso satisfacer para llevar una
vida equilibrada: la necesidad física es la salud del cuerpo y de sus sistemas,
la necesidad psicológica es el conocimiento y discernimiento, y la necesidad
espiritual es la paz interior, simplemente expresado. Cuando los 3 aspectos
co-existen en nuestro paso por la vida, hay armonía.
Siempre
incito a los alumnos a observarse en las posturas durante la clase, cómo las
arman, cómo las transitan, cómo las encaran, cómo salen de ellas, cómo se
sienten! Cómo llegan a la clase y cómo se van. Hay una linda metáfora que digo
a veces: “entrá y salí de las posturas como si entraras a un templo, a la casa
de un ser amado, nunca darías un portazo en un templo! Entrá gracilmente y salí
gracilmente, más allá de la flexibilidad o la fuerza.
Posturas:
Están las adoradas y están las odiadas, están las que quieren hacer siempre y
las que no quieren hacer nunca. Hay que mirar ambas. Creo que en las posturas
que queremos hacer siempre está la clave para encarar las que no queremos hacer
nunca. En aquello que nos gusta y nos da placer hay una curiosidad excitante,
una frescura y una entrega que en las otras no fluye. ¿No te parece? En la vida
es igual.
Entonces es
ahí donde la necesidad psicológica entra en juego. Observar la actitud, la
intención al moverse, al mirar, al escuchar, cómo nos sentamos, cómo nos
sentimos, si nuestros sentidos están presentes, cómo es la respiración, la
piel, tu pisada, el movimiento del brazo. Es por eso que los profesores hacemos
tanto hincapié en la toma de conciencia del cuerpo y tratamos de que aquello
que enseñamos sea aplicado más que nada en lo cotidiano: tu trabajo, relaciones,
ideas, filosofía de vida, creencias, prácticas. Sino es como dice Osho:
“durante 1 hora lo hacés, pero ¿las otras 23 restantes”? No tiene sentido, sino
es una mentira.
El maestro
Iyengar lo expresa así:
“La
diligencia y el esfuerzo son requisitos indispensables para la práctica. Al
comienzo el esfuerzo parece mayor que los resultados y son frecuentes los
errores. La perseverancia hace que los avances vayan llegando con menor
esfuerzo. Cuando la postura (como en la vida, acordate de las 3 necesidades del
ser humano) se alinea correctamente, no hay rupturas en el flujo de energía.
Esa es la forma de llegar a la ecuanimidad y equilibrio.”
Patanjali,
en sus Yoga Sutras enseñó: “Debemos tener presente que tan sólo el dolor que
aún no ha llegado hasta nuestra vida es el único que puede ser evitado. Según
sean las acciones del presente serán los frutos del futuro”.
Entonces yo
te pregunto: ¿en qué postura estás? Sentado todo el día, soportando presiones
exageradas, autoimpuestas, viviendo rápido, enojado, tajante, alimentándote con
lo primero que encontrás, descansando poco, divirtiéndote y sonriendo poco? Si
alguna respuesta fue positiva, adelantate al dolor y cambiá tu postura frente a
tu vida. Tenés una grandiosa oportunidad.
La vida es
ahora, no es mañana, ni en los feriados largos, ni cuando te tomás vacaciones.
No la dejes pasar.
Tenés dudas y consultas sobre las clases de yoga?
Escribime a diariodeyoga@gmail.com
O llamá a: Celular: 156.137.6620,
Fijo: 6380.2399
Facebook:
Preparados listos yoga
Publicar un comentario