Aunque no siempre seamos conscientes de eso, tenemos la capacidad innata para sobreponernos a cualquier situación traumática. De qué se trata y cómo se fortalece el mecanismo que nos permite salir fortalecidos de las más diversas crisis vitales.
Se puede andar por la vida más liviano sabiendo que existe la posibilidad de superar, incluso, hasta el evento más doloroso.
Más allá de las circunstancias traumáticas a las que podemos llegar a estar expuestos por el solo hecho de ser mortales, cada día el mundo nos expone sin red a situaciones poco deseables.
Pero, en unas y otras, hombres y mujeres, en la medida de sus deseos y posibilidades, tienen la oportunidad de mezclar y dar de nuevo.
Aunque no somos aún del todo conscientes, todo indica que se nace resiliente, se aprende y también se enseña a cultivar una, si no la más preciada, de las fortalezas personales.
La etimología de la palabra nos permite llegar a un primer punto sin escalas. "Resiliencia es saltar hacia atrás, volver a saltar, rebotar", como anticipa la doctora en psicología, Mariana Gancedo, apelando a la traducción del griego resiliere. "El término resilient se introdujo oportunamente al idioma inglés y, en el ámbito de la física, alude a la capacidad que tienen algunos metales de recuperar su estructura luego de una deformación", completa la profesora de Psicología Positiva de la Universidad de Palermo. Así como los metales más rígidos, el hombre tiene la posibilidad de recuperar su estado, aunque, claro está, algo habrá cambiado. Pocos podrán volver a la versión original.
Nuestra vida suele ser una sucesión de adaptaciones producto de cada experiencia. Una situación traumática modifica la vida de una persona, pero, con el mayor de los respetos que merece cada dolor, es importante que podamos destacar esta idea de que siempre hay tiempo para reconstruir y salir fortalecido. "Ante todo hay que aclarar que la adaptación ante una situación estresante es la norma y la enfermedad es la excepción", rescata la médica psiquiatra Daniela Bordalejo, para quien "la resiliencia, como cualidad humana propia de la tenacidad cognitiva, surge como resultado de múltiples procesos mentales que contrarrestan las situaciones nocivas y les permiten a las personas aprovechar las crisis para su crecimiento".
Cierto marketing de la vida se encarga de que tengan más prensa o impacto los costos del trauma y el dolor. Sin embargo, tal como insiste la doctora Bordalejo, "las personas suelen resistir los embates de la vida con insospechada fortaleza". Ante sucesos extremos, un elevado porcentaje de personas "muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance".
A muchos puede sorprender este dato: "La mayoría de la gente que sufre una pérdida irreparable no se deprime", certifica la psiquiatra, para quien "el ser humano tiene una gran capacidad para encontrar sentido a las experiencias más terribles".
Fuente: Diario La Nacion - Domingo 06 de marzo de 2011
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