El ritual. Las hebras del té más fresco alimentan todos los espíritus.
El té nació en Oriente para corregir la mala calidad del agua. Llegó a Occidente por el comercio holandés con china y luego a través de las colonias británicas en la India, y sedujo rápidamente a la aristocracia europea. El término té deriva del dialecto chino Amoy (localidad del antiguo puerto de comercio), en el que se pronuncia tai.
Todos los tés provienen de las hojas de la Camellia sinensis y hay miles de variedades que se diferencian según el clima, la región y las condiciones del suelo.
Todos los tés provienen de las hojas de la Camellia sinensis y hay miles de variedades que se diferencian según el clima, la región y las condiciones del suelo.
Se las clasifica según cómo se las procese: negro, verde y oolong (semifermentado). Y también está el té blanco, prácticamente desconocido hasta ahora, actualmente ofrecido en nuestro país por Inti Zen.
El blender local y creador de esa marca, Guillermo Casarotti, explica: "Las mejores cosechas de té provenientes de la India y Sri Lanka las conjugamos con sabores y aromas de la Argentina, Brasil y México, y logramos nuestros blends-. Y aclara- ofrecemos un producto a la altura de los más sofisticados del mundo, pero con notas y tonos latinoamericanos". Inti Zen inicia su producción en Oriente, continúa en Alemania, y finalmente se fracciona y envasa en la Argentina.
Origen. Cada región cultiva su variedad de té según el clima y el suelo.
La India y China son los grandes productores y exportadores de té. En el mundo se toman 1500 millones de tazas por día, y ambos países producen unos 1000 millones de kilogramos de té por año. Diego Morlachetti, Tea Master y director de la Escuela Argentina de Té, explicó a LNR que en China el té comenzó como medicina para malestares digestivos, afecciones respiratorias y nerviosas. "Entre los siglos II y III se volvió la bebida de la clase gobernante y partir del siglo VII, con el advenimiento de la dinastía Tang, se integró a la sociedad y se volvió social. En mi viaje a la Xiamen International Tea Fair, que la Escuela Argentina de Té coorganiza, observé que cada casa posee en su jardín o puerta una pequeña mesa de té con teteras y cuencos en donde se reúnen los vecinos para compartir la antigua ceremonia Gong Fu Cha, que significa preparar el té diestramente."
Si de cultura del té se trata, en China la bebida fue parte fundamental de la sociedad así como sucede en las colectividades vecinas (coreana, taiwanesa, tibetana y mongol). Sin embargo, en la India el té se descubrió sólo hace dos siglos cuando la encontraron dos botánicos de la milicia británica. Luego se convirtió en uno de los commodities fundamentales de la identidad gastronómica de la India. Según el Tea Master, por las calles de Darjeeling los vendedores ambulantes preparan el masala chai, una reducción de agua con leche entera a la que se le agregan especias, azúcar y té negro (Assam). "Los Chai Wallahs manipulan una gran tetera y a manera de ritual lo sirven en cuencos de barro que se rompen al terminar la infusión."
Para saber qué té o blend elegir hay que entender las diferentes variedades. China produce todos los tipos de té existentes: blancos en la región de Fujian; verdes en Hunan, Zhejiang, Sichuan; oolongs en Fujian y Guangdong; negros en Yunnan, Fujian, Anhui; amarillos en Fujian, y Pu Erh (té rojo) en Yunnan.
Según Diego Morlachetti, no existe país en el mundo capaz de producir todos estos tipos de té en su territorio, y por un tema de denominación de origen nadie puede elaborarlo fuera del terroir. Un error clásico es nombrar un té pu-erh que no haya sido elaborado en China.
La India elaboraba sólo té negro y en los últimos años se dedicó a los blancos, verdes y oolongs.
El té del emperador
Durante siglos el té blanco estuvo restringido al emperador, pues se pensaba que contenía el secreto para la vida eterna. Los mejores brotes de la primavera eran seleccionados y manipulados a mano con guantes blancos y tijeras de oro para no profanar el poder sagrado que se le atribuía.
Guillermo Casarotti, de Inti Zen, cuenta que más de 90.000 brotes eran (y son actualmente) necesarios para obtener 250 g de té blanco. De ahí que el consumo por parte del resto de la población era castigado con la pena capital.
Hoy en día el té blanco se ha vuelto más accesible y es uno de los más apreciados que existen, ya que se destaca por ser el más delicado y sutil de los tés. Inti Zen acaba de crear un blend a partir de té blanco combinado con lychee y cedrón, y propone tomarlo frío o caliente para acompañar suaves dulzuras. Los expertos aseguran que el té blanco ofrece muchísimos más beneficios para la salud que el verde.
FUENTE: La Nacion. Domingo 12 de agosto de 2012
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