En general, los aceites esenciales son inocuos para el uso en aromaterapia y en el hogar.
Dicho esto, debido a su elevada concentración y potencia, es recomendable tomar las siguientes precauciones: Los aceites esenciales son altamente concentrados e inflamables.
Evite el contacto con los ojos y las membranas mucosas.
Dicho esto, debido a su elevada concentración y potencia, es recomendable tomar las siguientes precauciones: Los aceites esenciales son altamente concentrados e inflamables.
Evite el contacto con los ojos y las membranas mucosas.
En concordancia con las Normas de Seguridad de la Federación Internacional de Aromaterapia, se recomienda que no se ingieran los aceites esenciales.
Éstos no se diluyen en agua y en su forma pura (no diluída) pueden dañar la mucosa del tracto digestivo. Asimismo, hay determinados aceites esenciales que son tóxicos si se ingieren.
Aplicación de los aceites puros
En general, los aceites esenciales no deben aplicarse tal cual, sino diluídos siempre en un aceite base o en una crema. Hay excepciones (por ejemplo, el aceite de lavanda y el ylang ylang) pero, en cualquier caso, hay que comprobar que no son aceites irritantes. Siempre recomienda probarlos en una porción de la piel y lejos de los ojos.
Cuando vaya a utilizar un aceite en casa por primera vez, tanto si es un aceite esencial o un aceite de soporte, haga siempre una prueba de tolerancia en la piel. La prueba será mucho más importante si, además, tiene la piel sensible, sufre alguna alergia cutánea o desea aplicar el aceite en un niño (en este último caso siempre bajo supervisión de un profesional).
Vierta una gota del aceite en un algodón y aplíquelo sobre la piel fina del interior del brazo, del pliegue del codo o en la axila. Para evitar que se moje, cubra la zona con una tirita y déjesela puesta durante 24 horas. Si se produce cualquier tipo de reacción negativa (enrojecimiento de la piel o escozor) no utilice el aceite.
Fotosensibilidad
Algunos aceites tienen efectos fotosensibles, es decir, producen manchas en la piel si se exponen a la luz directa del sol.
Se recomienda no administrarlos entre dos a tres horas antes de que la persona se exponga directamente a la luz solar. No utilice los siguientes aceites (ni puros, ni diluidos) si después se va a exponer la zona de aplicación al sol: Bergamota, jengibre, lima, limón, mandarina y naranja.
Embarazo y lactancia
Durante el embarazo utilice los aceites a la mitad de las dosis recomendadas (sólo mediante un vaporizador) y no los aplique sobre la piel a menos que los utilice por indicación expresa de un terapeuta cualificado.
Los aceites potencialmente tóxicos y los que tienen propiedades emenagogas, es decir, que estimulan el flujo y la actividad menstrual, están contraindicados.
Por este motivo, no deben utilizarse durante el embarazo los siguientes aceites: Albahaca, alcanfor, anís estrellado, apio, aquilea, bergamota, canela, caña de limón (citronela), cedro rojo, ciprés, enebro, geranio, hinojo, hisopo, jazmín, laurel, manzanilla, mejorana, melisa, mirra, naranja, petitgrain, pomelo, pimienta negra, romero, salvia, salvia romana, sándalo, tomillo, zanahoria. En general, se extremarán las precauciones durante el embarazo y la lactancia, o bien se renunciará a su empleo.
Hipertensión
Hay que evitar los siguientes aceites esenciales en caso de padecer hipertensión: Hisopo, romero, salvia, tomillo y eucalipto.
Epilepsia
Se evitarán los siguientes aceites esenciales en caso de sufrir crisis epilépticas: Hinojo, hisopo, romero, salvia (de todos los tipos) y eucalipto.
Homeopatía
En caso de estar recibiendo un tratamiento homeopático, evitará los siguientes aceites esenciales porque no son compatibles con dicho tratamiento: Alcanfor, eucalipto, menta pipérita y pimienta negra.
Almacenamiento y conservación de los aceites
Los aceites esenciales se degradan con el tiempo y sus constituyentes se oxidan y se hacen inestables. La vida media de los aceites esenciales se calcula desde el primer día que se abre el recipiente que los contiene.
Éstos no se diluyen en agua y en su forma pura (no diluída) pueden dañar la mucosa del tracto digestivo. Asimismo, hay determinados aceites esenciales que son tóxicos si se ingieren.
Aplicación de los aceites puros
En general, los aceites esenciales no deben aplicarse tal cual, sino diluídos siempre en un aceite base o en una crema. Hay excepciones (por ejemplo, el aceite de lavanda y el ylang ylang) pero, en cualquier caso, hay que comprobar que no son aceites irritantes. Siempre recomienda probarlos en una porción de la piel y lejos de los ojos.
Cuando vaya a utilizar un aceite en casa por primera vez, tanto si es un aceite esencial o un aceite de soporte, haga siempre una prueba de tolerancia en la piel. La prueba será mucho más importante si, además, tiene la piel sensible, sufre alguna alergia cutánea o desea aplicar el aceite en un niño (en este último caso siempre bajo supervisión de un profesional).
Vierta una gota del aceite en un algodón y aplíquelo sobre la piel fina del interior del brazo, del pliegue del codo o en la axila. Para evitar que se moje, cubra la zona con una tirita y déjesela puesta durante 24 horas. Si se produce cualquier tipo de reacción negativa (enrojecimiento de la piel o escozor) no utilice el aceite.
Fotosensibilidad
Algunos aceites tienen efectos fotosensibles, es decir, producen manchas en la piel si se exponen a la luz directa del sol.
Se recomienda no administrarlos entre dos a tres horas antes de que la persona se exponga directamente a la luz solar. No utilice los siguientes aceites (ni puros, ni diluidos) si después se va a exponer la zona de aplicación al sol: Bergamota, jengibre, lima, limón, mandarina y naranja.
Embarazo y lactancia
Durante el embarazo utilice los aceites a la mitad de las dosis recomendadas (sólo mediante un vaporizador) y no los aplique sobre la piel a menos que los utilice por indicación expresa de un terapeuta cualificado.
Los aceites potencialmente tóxicos y los que tienen propiedades emenagogas, es decir, que estimulan el flujo y la actividad menstrual, están contraindicados.
Por este motivo, no deben utilizarse durante el embarazo los siguientes aceites: Albahaca, alcanfor, anís estrellado, apio, aquilea, bergamota, canela, caña de limón (citronela), cedro rojo, ciprés, enebro, geranio, hinojo, hisopo, jazmín, laurel, manzanilla, mejorana, melisa, mirra, naranja, petitgrain, pomelo, pimienta negra, romero, salvia, salvia romana, sándalo, tomillo, zanahoria. En general, se extremarán las precauciones durante el embarazo y la lactancia, o bien se renunciará a su empleo.
Hipertensión
Hay que evitar los siguientes aceites esenciales en caso de padecer hipertensión: Hisopo, romero, salvia, tomillo y eucalipto.
Epilepsia
Se evitarán los siguientes aceites esenciales en caso de sufrir crisis epilépticas: Hinojo, hisopo, romero, salvia (de todos los tipos) y eucalipto.
Homeopatía
En caso de estar recibiendo un tratamiento homeopático, evitará los siguientes aceites esenciales porque no son compatibles con dicho tratamiento: Alcanfor, eucalipto, menta pipérita y pimienta negra.
Almacenamiento y conservación de los aceites
Los aceites esenciales se degradan con el tiempo y sus constituyentes se oxidan y se hacen inestables. La vida media de los aceites esenciales se calcula desde el primer día que se abre el recipiente que los contiene.
Hay que tener presente que los aceites esenciales son volátiles por naturaleza; es decir, no sólo se evaporan sino que las partículas más ligeras desaparecen rápidamente alterando la composición molecular del aceite.
Para impedir que ésto ocurra, asegúrese de que los frascos de aceite poseen una tapa de rosca que cierre herméticamente. Si los guarda en heladera y están perfectamente cerrados, pueden prolongar notablemente su vida y sus cualidades.
Si los aceites esenciales se conservan en heladera, se recomienda guardarlos en una caja hermética para evitar que la fragancia se extienda a otros productos almacenados. Dentro de una heladera, la mayoría de los aceites esenciales se conservan más de dos años, mientras que a temperatura ambiente se conservan, en general, sólo un año. Las excepciones a esta generalidad la tienen el aceite de bergamota y el aceite de naranja obtenido por presión fría, cuya vida media es la mitad del resto de aceites.
Conserve sus aceites esenciales en un frasco preferiblemente de cristal (porque el polietileno tiende a absorber los aceites esenciales), que esté bien cerrado, sea de color marrón o ámbar, colóquelo en un lugar seco, lejos de la luz y el calor, y fuera de la vista y el alcance de los niños.
Para conseguir los mejores resultados no se debe guardarlos mezclados con el aceite portador durante mucho tiempo. Los aceites esenciales naturales tienen una vida mucho más larga (hasta 18 o 24 meses) si se almacenan en estado puro.






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