Se basa en un bajo contenido de carbohidratos y en una alta presencia de proteínas. La carne suele ser el elemento central en las dietas al estilo Atkins
La dieta de Atkins: aumenta un 28% el riesgo cardiovascular |
Ya han pasado cuatro décadas desde la publicación de La revolución dietética del Dr. Atkins y, sin embargo, su dieta no deja de sumar adeptos. Difundida en 1972 por el cardiólogo norteamericano que le dio su nombre, se basa en la ecuación "poco carbohidrato-mucha proteína", la que suele ser llevada a la práctica a través de una oda a la carne.
Ahora, en su cumpleaños número 40, la dieta de Atkins acaba de recibir la confirmación de que sus efectos a largo plazo son bastante poco saludables.
Un estudio que evaluó la alimentación de unas 44.000 mujeres suecas, de entre 30 y 39 años, concluyó, tras más de 15 años de seguimiento, que una alimentación restringida en carbohidratos y con elevada presencia de proteínas aumenta hasta un 28% el riesgo cardio y cerebrovascular.
"Nuestros resultados no dan respuestas acerca de los posibles efectos benéficos a corto plazo de estas dietas, sino que llaman la atención sobre su capacidad de tener efectos adversos sobre la salud cardiovascular cuando son realizadas en forma habitual, y sin consideración de la naturaleza de los carbohidratos [complejos vs. refinados] o de la fuente de las proteínas [vegetales vs. animales]", escribieron los autores del estudio en sus conclusiones publicadas en la revista British Medical Journal (BMJ).
"Aunque [estas dietas] podrían ser nutricionalmente aceptables si las proteínas provinieran sobre todo de alimentos vegetales, como los frutos secos, y la reducción de los carbohidratos se aplicara sobre los simples y refinados, como los endulzantes, las bebidas y los snacks no saludables, el público general no siempre reconoce y actúa en función de estas directrices", comentó una de las autores del trabajo, la doctora Pagona Lagiou, del Departamento de Higiene y Epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Atenas, Grecia.
Es que el amor ciego por la carne que suelen expresar muchos seguidores de Atkins surge de sus propios consejos. "Hay muchas versiones de dietas con alto contenido de proteínas, pero lo central en la de Atkins era su alto contenido de grasas animales. A tal punto que el propio Atkins recomendaba un desayuno de huevo y panceta, y un almuerzo en el que ponía grandes cantidades de queso o carnes muy grasas", recordó el doctor Edgardo Ridner, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Revolución revisitada
"El resultado de este nuevo estudio es esperable -comentó el doctor Ridner-. Esta dieta es claramente contraria a los objetivos finales de una alimentación saludable, que no es estar flaco, sino gozar de buena salud. En pocas palabras, la dieta de Atkins no es saludable: permite un descenso de peso, pero a expensas de empeorar la salud."
Esto, contó Ridner, es algo que el propio Atkins pudo ver, ya que a raíz de las críticas que recibió por los efectos a largo plazo de su "revolución dietética" debió introducir modificaciones a su planteo original: "Sacó, entonces, un segundo libro, en el que incluía una cantidad importante de vegetales y propiciaba mejorar el perfil de las grasas: en vez de tantas grasas saturadas, más aceite de oliva".
Aun así, agregó este médico especialista en nutrición, su dieta cayó en descrédito. "Aunque cada tanto su dieta resurge, ya que es un clásico que vuelve a ponerse de moda."
Atkins murió en 2003, como resultado de las lesiones que sufrió al caerse en la calle y golpear su cabeza contra el piso. Se dice que, al morir, pesaba 113 kilos, tenía hipertensión y problemas cardíacos.
FUENTE: Diario La Nacion
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