A cambio, cuidar casas mientras los dueños no están, ocuparse de mascotas y regar las plantas.
House sitting, pet sitting, plant sitting... Son todos nombres que hablan de una misma tendencia: alojarse gratis en una casa o departamento a cambio de cuidar una mascota, regar las plantas u ocuparse de la propiedad, en cualquier lugar del mundo.
La propuesta es simple: dueños de casa que se van de vacaciones y no tienen con quién dejar a sus mascotas, o que necesitan alguien para cuidar la casa en su ausencia (ya sea por razones de seguridad o simplemente para recoger correo, cortar el pasto o regar las flores), se contactan con los potenciales sitters, personas con ganas de viajar pero gastando lo menos posible.
Sitios como:
permiten hacer este tipo de arreglos, que ya llevan varios años en funcionamiento, desde California hasta Malta, las islas Vírgenes o México.
El sistema hizo furor durante los recientes Juegos Olímpicos de Londres, donde muchos locales quisieron escapar de la locura, el bullicio y la gente que inundó la ciudad, para irse de vacaciones a algún lugar más tranquilo. Lindísmas casas y departamentos quedaron entonces disponibles, algunas con perros y gatos incluidos, para que house sitters de todas partes del mundo fueran a hacerse cargo de ellas y, de paso, disfrutaran de los Juegos. No podían estar fuera todo el día, por supuesto, pero sí organizarse para cumplir con sus responsabilidades sin dejar de pasear por la ciudad.
Por lo general, el sistema funciona así: los aspirantes a sitters se registran en la página web (a veces gratuitamente, a veces a través de un pago), crean un perfil y, más tarde, son contactados por los dueños de las casas para tener una entrevista vía web cam.
TrustedHouseSitters se lanzó a fines de 2011 y ya ofrece más de 400 perfiles de potenciales cuidadores, además de 150 ofertas de casas disponibles para ocupar. El servicio permite que los dueños puedan ubicar listas seguras y buscar "inquilinos", leer referencias de éstos, mirar fotos, perfiles en video y chequear información hasta con la policía.
Las reglas de juego se arreglan caso por caso entre los interesados: no es lo mismo hacerse cargo de una pecera en una casa de Bora Bora, que de una finca con cinco perros, ¡una boa! y tres caballos en Ciudad Juárez..
FUENTE: Diario La Nacion
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